Ahí estas de nuevo con tu risa traviesa
y las fibras rudas y fuertes de esas cuerdas que llevas en las manos... Si
quieres tenerme atada, a tu merced, entre tus manos para hacer de mi lo que
quieras, a tu antojo...
Tus ojos brillan
encerrados en un ego de frenesí y deseo, y es así cuando con paso firme y
decidido decides llevar mis manos a la espalda y comenzar a dar vueltas con las
finas cuerdas.
Mi boca se seca
a la vez que mi piel se eriza al sentir el suave roce de la yema de tus dedos
por mi piel, pero el tacto de las fibras hacen que dentro de mi empiece a
avivarse esa llama de deseo que se muere de ganar por quedar a tu mera
disposición...
Tendida en la
cama mi pecho queda prisionero bajo el colchón notando las sabanas rojo satén
mientras mi cuerpo esta maniatado y mis piernas completamente abiertas,
esperando tus labios, el tacto de tu lengua, el suave soplo de aliento cálido
entre ellas...
Minutos después
tus manos comienzan a pasearse por mi cuerpo, tocando, acariciando, arañando y
dejando aparecer alguna que otra cachetada que empieza a dejar el tono rojizo
en mi trasero que a medida que pasa el tiempo se eleva para buscar el contacto
te tus manos cálidas...
Y ahí estas,
noto el roce de tus dedos en mi sexo, paseándose por mi humedad, esas humedad
que tu has provocado, y poco a poco te adentras en mi, deslizando tus finos
dedos en mi interior y comienzas con tu habitual gesto de llamado... Si...
Deseas conseguir esa fuente de mi, quieres que mis piernas tiemblen, que mis
músculos es tensen, y que de mi interior salga ese fluido cristalino que te
encanta....
Y solo tardas 5
minutos en provocarme, en hacer que todo mi cuerpo se tambalee, que me deje
caer en el abismo de tus manos sintiendo la tormenta de sensaciones, ese vil
orgasmo que provocas con solo el tacto de tus manos...
Quiero sentir tu
aliento, quiero sentir tus labios, quiero sentir tus besos, quiero sentir tu
cuerpo..... Quiero....